Aunque no me considero dentro de ninguna minoría, veo con sospecha y gran desencanto que los fanatismos religiosos lleven al aniquilamiento de las diferentes formas de pensar. Un fanático, por naturaleza, no razona, no piensa, se queda simplemente dentro del dogma irrefutable de una verdad... pero, ¿cuántas verdades hay? o ¿cuantas facetas de esa verdad?
La historia da vueltas en espiral, y, aunque pareciera que estuviéramos regresando al medio evo y la cacería de brujas, deberíamos estar en otro giro... ojalá que la nueva energía de la madre tierra, la femenina, ayude a disolver tantos fanatismos.
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