IGLESIA HOMOFÓBICA COLOMBIA

La publicación en prensa colombiana la semana pasada sobre el símil de un juego de coca con el matrimonio, deja mucho que desear no sólo en la Iglesia sino en la democracia en Colombia. No sé si sentí rabia o un asco inconmensurable al leer que las relaciones eran cosa de un palito y un huequito.  Creo que la visión de la Iglesia sigue siendo ciega, cerrada, homofóbica y machista de paso. Son los primeros en armar alaraca pero sus curas pederastas pasan como santos; son los primeros en criticar aunque las muertes por VIH dentro de su gremio se cubran de mentiras. ¿Hasta cuando? La Iglesia cada día está más lejos de su misión fundamental, del principio espiritual que ya no tiene dentro de sí. Por si se preguntan, era católica y me volví felizmente atea. Prefiero creer en la nada que estar enmarcada dentro de una Iglesia de ese calibre.