Lo que está pasando en Colombia, al parecer, es lo más parecido a cuando se destapa una olla... de ese caldo incierto empiezan a verse presas de origen dudoso, una que otra tusa (en ambos sentidos de la palabra), y, al fondo, una sustancia oscura y misteriosa. No sólo en el plano político, sino también dentro de lo que me interesa: la comunidad LGBT. Desmenucemos:
El caldo incierto, esas personas que no admiten su orientación sexual, ni siquiera luego de la afirmación de estudios universitarios o de legislaciones aprobadas en otros lugares del mundo.
Presas de origen dudoso, los homofóbicos a ultranza que de repente se vuelven gay - friendly. Tal vez buscando un nicho de mercado, tal vez uno que otro cliente con buen acceso a capital.
La sustancia oscura y misteriosa, la rama legislativa que dilata y decide "no decidir" sobre el tema.
Lo mejor es que, en medio de tanta cosa, a veces esa olla tiene manjares insospechados.
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