A pesar de mi frustración por un país que tiene sus altibajos emocionales y políticos, veo con algo de optimismo el inicio de los diálogos de paz. Ojalá que todos y todas los (las) actores del conflicto tengan su voz y voto dentro del proceso de paz. De lo contrario, sólo se lograría algo a medias, con resentimientos y heridas sin sanar.
No sé si este proceso tenga alguna implicación en el "debate gay"-entre comillas porque cuando es así tiene tinte político- o si, por el contrario, la agenda estará preocupada por asuntos prioritarios antes de entrar a discutir derechos de minorías... pero, ¿acaso las personas en armas no son minoría?
Me quedo... no me quedo, esa es la pregunta
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