Hago un paréntesis de mi vida privada, que extrañamente tiene un paralelo con la vida pública.
Vengo de una ciudad, Madrid, donde no sólo es legal el aborto -hasta cierta semana de gestación- sino que tienen un barrio abiertamente gay.
Llego a un país donde mi familia está más preocupada por el qué dirán que por mi felicidad, donde los hombres votan en contra del aborto (¿ellos tienen acaso nueve meses de espera?) y donde las mujeres son relegadas a cargos de poca importancia.
¿Qué pasaría si, todas las mujeres nos reuniéramos para votar a favor de una Ley que obligue a la vasectomía en hombres? (Especialmente a aquellos con doble familia)... igual de tonto que los hombres decidiendo por la fertilidad de las mujeres, cuando ellos tienen el 50% de esa carga genética.
Creo que un mundo más igualitario no consiste en devolver la desigualdad de género con la misma moneda, sino en respetarnos mutuamente y estar abiertos a la cada vez más creciente diversidad cultural.
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