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jueves, 10 de noviembre de 2011

MIEL-DA ABEJAS

Memoria de una conversación muy reciente:
-Hola, ¿como te llamas? - pregunta D. en una fiesta de cumpleaños.
-Alba, estoy recién llegada a Colombia, apenas ubicándome.
(un rato más tarde)
-Soy bisexual - dice D.
-¡Ah!- atino a exclamar.
-¿Qué tal si salimos? - dice D.
-¿No tienes acaso marido? - pregunto, como buena costumbre gallega (ellos responden con preguntas).
-Mi marido lo sabe, somos una familia abierta, a él no le importa que salga con mujeres - afirma D.
-No me interesa- digo.
-Desde que te vi me gustas- insiste D. - Te puedo hacer sentir cosas que nadie ha logrado - insinúa.
-Realmente, no me interesa- sonrío, me tomo el último sorbo de ginebra y me voy a mi casa donde nadie me espera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajajajajaja...me encanta esta escena! Muy típica d enuestra idiosincracia de gremio. Se venden como máquinas sin corazón, por el simple hecho de querer despertar el cuerpo. Sexo sin amor, sólo por placer. Me pregunto, entonces, si será que luego al regresar a su pareja utilizan el bagaje adqiuirido como materia prima para nuevas "fantasias sexuales" o si será al contrario.......